A las puertas del infierno
siento que llego sin aliento
sin vida en mi cuerpo
sin alma, sin ningún acierto.
Ellas se abren y estás ahí
inmóvil, casi inerte
tan rara y pensativa quietud
que es como si leyeras mi mente.
Mirarte me avergüenza
pero no puedo evitar verte;
esa mirada vacía y densa
tan débil y tan fuerte.
Me acorralas con tu voz
y me detiene tu mirada
y de ese infierno no salgo
porque yo en ti, estoy atrapada.
siento que llego sin aliento
sin vida en mi cuerpo
sin alma, sin ningún acierto.
Ellas se abren y estás ahí
inmóvil, casi inerte
tan rara y pensativa quietud
que es como si leyeras mi mente.
Mirarte me avergüenza
pero no puedo evitar verte;
esa mirada vacía y densa
tan débil y tan fuerte.
Me acorralas con tu voz
y me detiene tu mirada
y de ese infierno no salgo
porque yo en ti, estoy atrapada.
