Mirada Poética.

Qué hay en esa mirada poética
que con un parpadeo cuenta mil guerras vividas,
cruza los lagos más espesos del alma
y destroza completa cualquier vanidad.

Qué hay en esa mirada poética
que su iris como la reja de un circo
encierra una oscura bestia domada en las tardes
y una fuerza incontrolable se desata en las madrugadas.

Qué hay en esos ojos confusos en el tiempo
que nunca logro encontrarlos para mí
y aunque crucen todas las miradas alrededor
no consigo un sólo segundo de su atención.
Ojos con exceso de color,
que brillan de lejos, cual luciérnaga en su interior.
Que dicen las verdades sin necesidad de boca,
de labios, de lengua... o de orador.

Los ojos más lejanos.

Hoy miré unos ojos hermosos muy de cerca.
Esos ojos me miraron muy de cerca también;
no importaron 120 ojos a nuestro alrededor,
ni siquiera a ellos les importó, nadie lo notó.
Tus ojos y los míos cruzaron el corto espacio,
sólo nuestras manos nos separaban,
distancia más eterna que un disco de Arjona;
Distancia eterna a tu boca.
Porque tus manos, tus ojos, tu aliento, tu voz
atravesaron mi alma por cada rincón
dejaron llagas por donde sangran estas letras
que sin sentido y al aire, siendo intrépidas
no hacen más que dejar las heridas abiertas
de un romance que jamás existirá
de una luna que nunca nos alumbrará.
Ya sé que nuestros pasos no irán a la par
pero tenerlo todo no es lo emocionante,
saber que estás ahí, una luciérnaga titilante
que aparece y se estremece mi piel
inunda mi garganta de luz y poesía
que desaparece y el mundo no se acaba
Una luz que sé que existe, una bella lejanía.
A vos, que hoy te encendiste y me iluminaste el día.