que alumbraba vagamente en mi pasado
era una salida a muchos problemas de ahora.
Me acerqué, comprobé la realidad,
quice cruzarla tan pronto como fuese posible;
pero un rumor incierto tal vez
frenaba mis impulsos de lanzarme;
una voz de color se penetraba por mi espalda,
salía por mi pecho y me anclaba a la oscuridad.
Así que decidí bajar la mirada, y desviarme.
Algo me dice que hay luz al otro lado,
algo me avisa que aquella luz es mejor que ésta.
Nada me advierte si está lejos o cerca.
(Alexandra García)
